LA APARICIÓN DEL DIABLO.
Mi
abuelita Lupita, recuerda mucho su pasado y ella siempre nos cuenta historias
que nos parecen fascinantes; una historia que recuerdo es la que aquí comparto
con ustedes cuando ella vivía en la ciudad blanca y todavía no había mucha
población en esta ciudad de Paita.
Lupita
se fue con sus dos hijos Juan y Robert al cerro azul a cosechar papa, yuca,
camote, y otras cosas. Juan tenía 12 años y era muy inquieto, este se fue a
recorrer el lugar y de pronto… a lo
lejos, vio una puerta grande de madera con un piso rojo, él toco la puerta y
esta se abrió de inmediato, los ojos de Juan no podían abrirse de tanto esplendor
que salía de esa puerta; su hermano Robert lo empezó a llamar, gritaban su
nombre; entonces Juan escucho la voz de su hermano Robert y decidió alejarse de
ese lugar misterioso, pero quiso
llevarse con él, dos piedras muy hermosas que estaban al lado de la
puerta.
Lupita
y sus hijos retornaron a su casa, en el momento de la cena, cuando todos
estaban juntos en la mesa, Juan decidió contarles lo ocurrido; su madre se
escandalizó, porque ella les dijo bien en claro que no se deberían alejar de su
lado y menos irse a los lugares desconocidos, además le mando a que dejara esas
piedras al cerro porque de pronto le podía venir un castigo; pero Robert no
creía mucho en esas cosas y no le hizo caso, decidió quedarse con las piedras
que había robado de ese lugar tan mágico.
Esa
noche no esperaban que ocurriera algo raro, pues apareció una niñita en el
cuarto de Juan, que lo acariciaba con tanta dulzura, cuando Juan despertaba la
niña desaparecía, él primero pensó que era parte de su sueño; pero como se
sentía tan bien cuando sentía las caricias de la niña, no le daba importancia.
Un
día hubo una fiesta, y Juan se emborrachó; cuando llegó a su casa empezó a
gritar muchas groserías, se fue a dormir y esperó que la niña llegara a
acariciarlo; pero en vez de ella apareció un perro negro muy grande que saltó
sobre él, tenía los ojos rojos y botaba humo por la nariz. Juan se asustó mucho,
pero a pesar de todo tomó valor para gritar con mucho odio ¡Lárgate, y no me
molestes más, sé quien eres y no te tengo miedo!. El perro lo miró y se esfumo.
A la mañana siguiente muy temprano, le contó a su madre y hermanos lo sucedido,
ellos le dijeron que era el diablo que venía por sus piedras y que primero
intentó enamorarlo para luego quererse llevar su cuerpo; entonces Juan se
preparó y decidió ir a dejar las piedras al cerro.
Desde
ese día no apareció más ni la niña ni el perro negro, pero nunca podrá olvidar la
Aparición del Diablo.
Karla Antonella Delgado Nizama; tiene 14 años, estudia
en la I.E.E “Juan Pablo II” de la ciudad de Paita, le gustaría llegar a ser
psicóloga.
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