jueves, 19 de septiembre de 2013


La procesión de las almas                                                                                              

Cuentan que en los tiempos antiguos, había una señora que era muy chismosa ésta; sabia todos los secretos de su barrio.

Cualquier persona que quería saber sobre las cosas que sucedían simplemente le preguntaban a ella y esta les daba toda la información.

 
Un día un anciano le dijo, que por las noches en aquella calle pasaba a las 3:30 de la mañana, un grupo de personas con mantos negros y con velas prendidas; la mujer chismosa sintió muchos deseos de saber quiénes eran y si era verdad lo que el viejo le había contado, además le dio un poco de cólera no ser la primera en saber esa noticia; así que decidió esperar la madrugada para saber todo.

Al promediar las 3:30 de la madrugada, ella estaba a la expectativa de lo que pasara, no alcanzaba a ver nada, pensó que el viejo le había engañado, estaba a punto de entrarse a dormir, pero justamente cuando se iba a entrar, desde lejos vio un grupo de personas tal como los había descrito aquel anciano.

 
La mujer se quedó paralizada al verlos pasar, sin hablar y sin hacer ningún ruido; de pronto se sorprendió cuando un pequeño grupo se le acercaron  y le dieron  una vela, una voz le dijo que la ponga en la cabecera de su cama, ella trato de observarles la cara pero no pudo ver sus rostros. Terminó el paso de los sin rostro y ella se quedó con la vela entre sus manos.

 
Entró a su casa y se dispuso a dormir, puso la vela en su cabecera, tal como se lo habían dicho y se puso a dormir; al día siguiente, se sorprendió mucho cuando al mirar su cabecera y  en vez de una vela encontró un hueso; ella se asustó, trató de buscar la vela pero no la encontró, así que estaba tan asustada que decidió ir donde un cura para contarle lo sucedido, el cura miro el hueso y le dijo que ese hueso estaba maldito ya que tenía marcas diabólicas, el sacerdote decidió echarle agua vendita  y se puso a orar, de pronto el hueso se hizo polvo .

 
El cura le dijo, que eso le pasaba por ser tan chismosa y tratar de enterarse de todo lo que ocurría, desde ese día la mujer aprendió la lección que no debería ser chismosa.

 

Fin

 

  Alex  Antony Farías Yacila, estudia en :I.E.E Juan pablo, tiene14 años, nació en Piura y cursa el segundo grado de secundaria          

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